
A veces tengo la sensación de estar parado en el mismo lugar y que todo da vueltas como en una calesita. La realidad que nos ocupa a los habitantes de Neuquén es un Déjù-vu insoportable y recurrente.
Repaso. En enero políticos, sindicalistas y empleados estuvieron de vacaciones. Resultado: ciudad vacía de problemas, protestas y cortes.
Bastó que todos se reincorporaran a sus "trabajos" para que la rueda comenzara a girar y volvieran las recurrentes demandas y las patéticas respuestas de siempre.
"Queremos salarios dignos", gritan los gremialistas en las calles. "No hay plata. Estamos en rojo", responde el gobernador neuquino desde la burbuja en la que reside.
Y así como fue el 2009 también se pasará el 2010 con varios paros y con la misma dinámica social irresoluta.
Eso sí, el lunes Jorge Sapag dará su discurso en la casa de las leyes, más conocida como
¿Honorable? Legislatura, donde remarcará que las cuentas de la provincia están en rojo y que hasta mediados de año no se hablará de aumentos a los empleados públicos. Ah, me olvidava, puede que largue una nueva fecha para el arribo del agua del Mari Menuco, el cuento de la buena pipa.
Dentro del palacio de las leyes, donde a la ostentación se le suma la incompetencia, los diputados vestirán su mejor traje y fingirán ser democratas y todo eso. Afuera, los gremios amaneceran a puro bombo y demandas. ¿Esta escena no les resulta aburrida además de previsible?
¡Espero equivocarme!