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lunes, 14 de junio de 2010

Sergio Ávalos, 7 años desaparecido

Se cumplen 7 años de la desaparición del estudiante Sergio Ávalos. No habrá clases en la Universidad Nacional del Comahue, la Federación Universitaria del Comahue hará un festival a partir de las 15 en el playón de la casa de estudio y a partir de las 18 marchan a la Casa de Gobierno.
El reclamo tiene un mensaje central que está destinado a la vice gobernadora Ana Pechen que era rectora de la UNC al momento de la desaparición.
Alejandro Rodríguez presidente de la FUC cuenta sobre la carta que le acercaran a Pechen.

martes, 27 de abril de 2010

De juicios y aprietes

El juicio por el asesinato de Alejandro Peri tiene ribetes seudo mafiosos que se animó a denunciar Mariza Quiroga, mamá de la víctima (escuchen el audio).
Mañana (28-04) a las 17 será el turno de los alegatos. (ver nota)

jueves, 26 de noviembre de 2009

Que poco vale la comodidad

¿Se acuerdan de mi reclamo inicial a principios de mes cuando viajé a Mendoza en una prestigiosa empresa de colectivos que me vendió una butaca que estaba rota (ver post)? Bueno, después de varios días y varias gestiones (ver post) finalmente tuve una respuesta oficial.
La empresa se disculpa por lo mal que la pasé en el viaje (yo había sacado coche cama y la butaca no trababa así que viajé peor que sentado en un sillita) por lo que me hará en un futuro viaje un descuento del 15 por ciento en el costo del tramo.
Es cierto, respuesta hubo pero ahora yo me pregunto, si lo que más promocionan estas empresas es la comodidad con la que concretan el traslado del pasajero porqué sólo cotizan ese ítem en un 15 por ciento. Obvio, quieren ganar plata y mucho no les importa la opinión del cliente porque tienen cientos de clientes cautivos producto de la escaza oferta de servicios de transporte.
Pero veamos, cuando uno saca un pasaje contrata un servicio de traslado básicamente y de acuerdo a la tarifa que se pague varía la comodidad. Entonces, la ecuación sería 50% por ciento del costo corresponde al traslado y el otro 50 al confort o comodidad en la que se viaja.
Bueno, para que lo sepan para esta empresa cotiza su comodidad en un 15 por ciento del valor del pasaje lo que en promedio serían unos 27 pesos sobre un total de 180 pesos.
En definitiva, los consumidores estamos librados al acecho de las empresas que se aprovechan de la lentitud y burocracia que tienen los organismos de control. Es por eso que los ciudadanos solemos resignar nuestros derechos en post de evitar esas largas colas inconducentes.

martes, 10 de noviembre de 2009

Seis llamadas una respuesta parcial

Sigo con el reclamo por la estafa que me hizo una empresa de transporte (ver post inicial) por lo que ahora me encuentro atravesando los laberínticos caminos de la burocracia que motiva a que cualquier gestión que hagamos tienda a terminar en la nada y con nuestra voluntad dilapidada por el suelo.
Dos veces me comuniqué con la Comisión Nacional Reguladora del Transporte (CNRT) al 0299-4465967. En ambas ocasiones me atendió el contestador automático que sugería dejar un mensaje. En el segundo intento lo dejé pero todavía nadie me llama.
Después levanté el teléfono y llamé a Defensa del Consumidor. La experiencia también fue negativa ya que nadie me atendió en primera instancia y el número, que aparece en la web del gobierno no era. Seguí averiguando y me enteré que el teléfono de este organismo es el 449-5732 así que acá se los dejo para lo anoten por si tienen que hacer algún tipo de trámite.
Seguí haciendo gestiones para que alguien me atendiera, para que alguien me escuchara. Esto es peor de lo que creí, me dije mientras sentía estar dando vueltas en una calesita absurda.
Llamé a la Defensoría del Pueblo (0800-666-6072) después de pasearme por distintas opciones una maquina me dijo que disponía de 20 segundos para realizar mi reclamo. Además de contar la desventura con la empresa de transporte solicité que me atienda un humano, de esos tantos que están dentro de la administración pública. Quizás llamé en el horario de la colación que tienen a media mañana los empleados estatales.
Antes de que concluyera la mañana, volví a comunicarme con Defensa del Consumidor, esta vez me atendió un hombre que me dijo que la gestión no la tengo que hacer ante ellos, que son el organismo que defiende a los consumidores, sino que tengo que ir a la Terminal de Ómnibus y formular mi queja ante la CNRT, trámite que realizaré mañana.
Ah por cierto, ¿quién se hará cargo por la cuenta de teléfono y los gastos que estoy teniendo en realizar todas estas gestioness? Ya sé no me digan.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Me estafaron pero voy a dar pelea

En propia piel experimenté las estafas que materializan las empresas de transporte pero lejos de quedarme cruzado de brazos voy a ir hasta las últimas consecuencias y voy a relatar cada uno de los pasos que voy dando como consumidor para ver cómo funciona el sistema y si es cierto que el cliente tiene la razón.
Todo comenzó el pasado fin de semana que viajé a Mendoza. Saqué un pasaje en coche cama (la imagen que observan) en una empresa mendocina cuya marca no voy a mencionar por cuestiones legales o leguleyas pero les tiro unas pistas para que sepan de cual hablo: su nombre vincula la cordillera de Los Andes y el mar y su color predominante es el azul y las letras son blancas.
La empresa de transporte me garantizó el traslado y la comodidad todo en la butaca número 26 que está del lado del pasillo y en el colectivo interno 407 que salió de la terminal de ómnibus de Neuquén el viernes a las 21.30.
Ni bien salimos advertí que la butaca se reclinaba pero no se trababa por lo que se volvía a la posición inicial que es la de estar sentado derecho.
Le comuniqué de inmediato la situación al auxiliar a bordo el que me respondió: "deme un segundo y veo qué puedo hacer". El segundo se transformó en varios kilómetros y la solución en un "ah no traba por eso se vuelve", que es lo que le había dicho al momento de partir.
Pasado Cipolletti, nos dieron de cenar. Volví a manifestar la demanda y terminada la cena y toda la actividad que involucraba al auxiliar, éste vino con un cuchillo de esos que sirven para untar y comenzó a tratar de trabar el mecanismo del asiento cosa que no logró.
- Señor, no traba, me dijo
- Bueno, ¿qué hacemos?, pregunté esperando que mínimo me asignara otra butaca.
- No le puedo dar ninguna solución porque tenemos el colectivo lleno, afirmó el auxiliar.
- Yo pagué un servicio que no me están brindando, le explique al muchacho.
- Sí lo sé pero no puedo hacer nada. Replicó el auxiliar con el cuchillo todavía en su mano.
Lo cierto es que me tuve que resignar pero a cambio obtuve un compromiso del auxiliar. "Yo mañana en la oficina les explico a ellos para ver qué pueden hacer", me dijo a lo que le respondí "está bien esta noche duermo incomodo y mañana me buscan una solución que no me soluciona esta noche".
Lo cierto es que en definitiva saqué un pasaje para estar cómodo y dormí sentado casi derecho y muy mal.
Al llegar a la terminal de Mendoza lejos de darme una respuesta y a pesar de la explicación del auxilia me metieron en el laberinto de la burocracia del reclamo.
"Tiene que llamar a atención al cliente para formalizar su reclamo", me dijo del otro lado del mostrador un empleado que había dormido bastante bien durante la noche y que poco le importaba el incumplimiento la empresa y mi demanda por lo que le manifesté un tanto molesto: "A la hora de comprar el pasaje no pidieron que llamara a nadie y se mostraron sedientos por vender. Ahora que reclamo porque incumplieron con el servicio no me dan una respuesta inmediata y tengo que entrar a hablar con distintas personas hasta que mi voluntad quede estropeada y la empresa me quite el dinero con total impunidad.
En ese momento sentí lo que miles de personas cuando las estafan y les mienten en la cara pero les recordé que soy un consumidor y que existen caminos para demandar y a pesar de que son laberínticos los iba a emprender. Mucho no les importó.
Es increíble el nivel de impunidad que tienen las empresas en este país, como hacen lo que quieren con sus clientes y nadie les dice ni les hace nada.
Me dieron el teléfono de Atención al cliente. Llamé, un tal Flavio Rojas me dijo que le enviara un mail. Le envié el pasaje con todos mis datos y el reclamo puesto en letras.
El tipo me contestó: "esto lo va a tener que confirmar el taller", respecto al asiento que no trababa y que el propio auxiliar apuñaló con un cuchillo para tratar de repararlo.
Más bronca me dio la situación porque no sólo me habían estafado sino que ahora me tomaban por mentiroso. Y lo que más me jodió es que los empleados que me atendieron se portaron como unos estúpidos defendiendo a la empresa como si a ellos los tratara bien cuando los explota a su antojo. ¡Imbéciles!
Ante la falta de respuestas estoy iniciando gestiones en Defensa del Consumidor y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte en un principio. Después les cuento, pero si han padecido estas situaciones comenten porque no hay peor cosa que quedarse cruzados de brazos.