miércoles, 10 de junio de 2009

¿No hay otra forma de reclamar?

Quizás pregunte con cierta ingenuidad pero no inocencia. Todos los que reclaman necesariamente están obligados a arruinar la fachada de cualquier edificio (en este caso la Casa de Gobierno) o monumento público.
Parece que quienes demandan por sus derechos se olvidan de respetar el de los demás.
Es cierto que el Gobierno debe dar respuestas a cada uno de los reclamos, y también es cierto que existen mecanismos legales para solucionar los conflictos, cualquiera sea su tipo, pero a nadie le interesa llegar a un acuerdo.
Lo que molesta es la estupidez de los vándalos que atentan contra el patrimonio de la ciudad y la provincia, porque la desidia ante los conflicto ya es una constante.

lunes, 8 de junio de 2009

Parada suicida

Cansado de estar siempre erguido y firme y de su rol de centinela informador, el cartel de la parada de colectivos de Roca y Chrestia se suicido. Sin mas, se dejó caer al vacío para perderse definitivamente en el olvido.
Los seres que utilizan el transporte público nunca advirtieron su hartazgo, su desazón y siempre buscaron apoyarse en él sin preocuparse por él, que reside sin tregua en una intemperie desoladora.
Cuando terminé de narrar la historia mis amigos me explicaron que los carteles no se suicidan. ¡Qué horrible!
Ellos argumentaron que el mismo fue mal instalado y si a eso se le suma la actividad vandálica el resultado es el cartel en el piso. Lo que no pudieron aclarar es cuándo y quién lo volverá a su posición original.
A pesar de todo lo argumentado, para mí el cartel se suicidó cansado de tanta desidia generalizada.

sábado, 6 de junio de 2009

Sondeo elecciones nacionales

Lanzo un sondeo para que me cuenten su intención de voto para las elecciones nacionales que se llevaran a cabo el domingo 28 de junio próximo.
La encuesta va a estar vigente hasta el 24 de junio sobre la margen superior derecha del blog.
Los invito a participar!!!

viernes, 5 de junio de 2009

Así está el medio ambiente neuquino

En el día mundial del Medio Ambiente les dejo la infografía y el informe que elaboró la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Neuquén para que los que habitamos este lugar estemos al tanto de cómo se encuentra.
"Este trabajo es un punto de partida para empezar a diseñar políticas públicas de cuidado y protección del ambiente. En ese sentido, pensamos que es una “colaboración crítica” con las autoridades", señala la Defensoría en su detallado informe.
Da un poco de vergüenza ver el maltrato que se le ha dado a la ciudad y por lo poco que entiendo de seguir en esta carrera de poblar sin planificar las cosas no van a terminar nada bien.


miércoles, 3 de junio de 2009

Escarlatina, la primera epidemia de la capital neuquina

En tiempos de epidemias y pandemias, estuve hurgando en los archivos y descubrí, en una compilación de los copiadores (actas) del Honorable Concejo Deliberante de Neuquén, que rescata los primeros 10 años de la ciudad (1904-1914), que en 1908 se registró el primer brote endémico que fue de escarlatina.
Afectó al cinco por ciento de la población, más de 40 habitantes, por lo que se ordenó el aislamiento de los enfermos en lazaretos y una íntegra desinfección de todas las viviendas. Duró casi dos meses y murieron dos niños.

Se los relato
. Acababa de despuntar 1908, la provincia era gobernada en forma interina por Iturbides Rodríguez y presidida la comisión municipal por Abel Chaneton. Fue en esos primeros días del año que se disparaba un alerta sanitario que tuvo en vilo a toda la población hasta fines de marzo.
La epidemia fue principalmente de escarlatina aunque se admitió en el informe oficial que hubo algunos casos de tifus y coqueluche que afectaron a más de 40 personas.
El 6 de febrero de 1908, con la epidemia encaminada, Chaneton se dirigió al médico de la gobernación, Julio Pelagatti, en estos términos: “esta comisión está dispuesta a ser asesorada por usted y hacer todo cuanto sea posible para evitar las enfermedades y dictar todas aquellas medidas de higiene suficientes para ello”.
Tal fue la preocupación, que el gobernador interino dispuso a Pelagatti para que trabajará codo a codo con la comisión municipal.
Lo primero que advirtió el médico a Chaneton fue la falta de medicamentos por lo que el 11 de febrero enviaron un telegrama en carácter de “urgente-recomendado” al presidente del Concejo Nacional de Higiene de la Nación.
“La comisión municipal que presido ha resuelto dirigirse a usted solicitando telegráficamente, dadas las urgencias del caso y por consejo del médico de la gobernación, el envío a la brevedad de 12 frascos de suero antidiftérico de mil quinientos miligramos y 2.000 unidades de inmunización respectivamente por la gravedad de la situación sanitaria de la población”, reza el extenso telegrama donde además se pide una estufa de desinfección o un pulverizador.
Si cabían dudas del riesgo que había en el población, el presidente de la comisión de la ciudad va a dejarlo en claro en la petición que hizo a la Nación requiriendo: “se declare seriamente comprometida la salud pública neuquina con casos de escarlatina, fiebre tifus y coqueluche”.
Al cumplirse una semana de la intervención oficial del médico de la gobernación y el pedido elevado a la Nación, Pelagatti detecta más personas afectadas y se le informa a Rodríguez que la “escarlatina ya se ha sentado en esta población con carácter endémico”.
Esta situación obligó a tomar medidas extremas. Chaneton le explicó al gobernador que el facultativo aconsejó medidas de profilaxis urgentes, “para evitar la propagación de la epidemia”.
“En virtud a lo aconsejado por el médico he alquilado una casa a José Manggiarotti, próxima al puente, para destinarla a lazareto donde se aislarán los casos producido y que pudieran ocurrir”, avisó Chaneton en un escrito a Rodríguez. Después se debió abrir otro lazareto más.
Los lazaretos históricamente eran utilizados en las ciudades portuarias donde solían dejar en cuarentena aquellos pasajeros que llegaban con alguna enfermedad infecciosa. Eran lugares abiertos ya que debía circular el aire para evitar que el virus o la bacteria hicieran cultivo.
En ese entonces la situación apremiaba y tanto Rodríguez como Chaneton sabían que debían actuar rápido ya que la epidemia estaba creciendo y para una población que rondaba los 800 habitantes, la cantidad de afectados hacia prever un crítico escenario a futuro.
Para evitar cualquier tipo de propagación de la enfermedad la policía dispuso custodia en los lazaretos donde sólo podía ingresar personal autorizado.
“Como el aislamiento que se ha ordenado podría ser ilusorio sino se tomase medidas de seguridad que lo eviten, solicito se sirva librar oficio al señor jefe de la policía para que establezca en el mencionado lazareto una custodia permanente que evite la entrada y salida de toda persona no autorizada por esta municipalidad”, pidió Chaneton a Rodríguez que por esas horas acataba cada uno de los pedidos del presidente de la comisión de la ciudad.
La endemia fue tan importante que obligó a la apertura de otro lazareto más. Estos fueron identificados, uno como Sucio y el otro como Limpio.
Con los enfermos aislados el municipio emprendió la desinfección general de la población principalmente en aquellas viviendas donde estuvieron los afectados.
El tratamiento empleado por Pelagatti fue exitoso y el 24 de marzo de 1908 se anunció oficialmente que: “ha desaparecido la infección por lo que se procede a la clausura de ambos lazaretos”.
El balance final que entrega el médico a Chaneton y que éste hace llegar al gobernador detallaba: “De los 30 individuos aislados entre ambas casas, lazareto sucio y limpio, y de los 11 enfermos graves, han fallecido dos niños de corta edad. Uno es hijo del sargento de policía Ricardo Guzman y el otro de Bernardo Sandón vecino de Estación Limay”.
Chaneton vivió una estresante situación por la endemia y ese habría sido uno de los motivos que lo condujeron a renunciar a su cargo de presidente de la comisión municipal.
La dimisión la presentó el 3 de abril de 1908 al gobernador Iturbides Rodríguez acusando que la misma se fundaba “en razones de carácter privado que me impiden continuar desempeñando con la debida atención en las funciones del cargo”.

lunes, 1 de junio de 2009

Miedo urbano II

Los vecinos y la comunidad educativa de los colegios céntricos, ubicados en Carlos H Rodríguez y Bouquet Roldan, la semana pasada experimentaron la inseguridad en carne propia cuando dos sujetos en moto, que iban escapando de la policía, protagonizaron un tiroteo que incluyó la toma de un rehén (ver artículo Río Negro).
Todos en esas cuadras respiraron la inseguridad y la escucharon detonar en las puertas de sus casas.
Pasado el miedo inicial muchos salieron a la calle o volvieron a la calle para ver de qué se trataba y observaron a un hombre, tirado en el piso primero y luego con el rostro contra la pared, que había sido reducido por la policía.
Las móviles con sus sirenas iban de un lado para el otro desgastando a la deriva el asfalto, lo que generó una sensación de caos y temor aún mayor. Nadie sabía a quién perseguían y por dónde pero todos miraban tratando de entender.
Uno de los actores de esta novela, que capturé con mi cámara mientras cubría el hecho, fue el ministro de Seguridad Omar Pérez quien llegó a los pocos minutos al lugar. Pérez dejó su impronta en el caso. Fue él quien ordenó a la policía sacar a la gente que se había agolpado en la cuadra. "Retire a toda esta gente - dijo Pérez a un policía - para preservar el lugar de los hechos y que no se pierdan pruebas". Ese fue el acierto.
"No hubo ninguna toma de rehenes, así que desmiento eso", afirmaba el ministro a las cámaras. Hora después la propia policía confirmaba la existencia de un rehén de 17 años que tomó el sujeto que se había dado a la fuga después de dispararle a un uniformado.
¿Quiso ocultar algo Pérez o se fue de boca?
Lo cierto es que todo aquello que pareció un exitoso megaoperativo con el paso de los minutos, las horas y los días se fue desintegrando para quedar reducido a una escena de una película de bajo presupuesto. De hecho, todos los periodistas que realizamos la cobertura observamos una escena que quedó grabada a fuego en nuestras retinas. Un policía obeso saltaba un paredón negándose a utilizar una escalera que le habían facilitado. Al impactar en el suelo el arma reglamentaria se le cayó y rebotó en la vereda, de no haber tenido el seguro puesto no sé qué podría haber sucedido.
El joven que se ve en la foto y que fue demorado, recuperó su libertad a las pocas horas porque para la Justicia no existían elementos suficientes para detenerlo a pesar de que en su mochila llevaba un cuchillo y dos cables como para maniatar a una víctima, sin contar que estaba huyendo de la policía.
Al que que se tiroteó con la policía poniendo en riesgo la vida de cuanto transeúnte se sucedía por esa intersección y secuestró a un joven que estaba muy cómodo en su domicilio viendo un partido de fútbol, no se lo pudo atrapar.
Bien, ahora entienden qué es lo que se denomina "miedo urbano".
Miedo urbano es saber que a pesar de los circuitos seguros que se trazan, como narré en un anterior post, no alcanza. Y tampoco alcanza porque ni la policía ni la Justicia parecen estar a la altura de los acontecimientos. Siempre hay algo que los demora, los detiene y los inmoviliza. Es por eso que no es que haya sensación de inseguridad sino la certeza de que la inseguridad existe.